El CIE es culpable y condenado a desaparecer

Culpable y condenado a cerrar sus puertas de manera definitiva. Este es el veredicto unánime del jurado popular, que fue el encargado de dictaminar la sentencia contra el acusado: el CIE de Zona Franca. 

El jurado, formado por Josetxo Ordóñez, abogado y miembre de la Comissió de Defensa dels Drets de la Persona i del Lliure Exercici de l'Advocacia de l'ICAB; Aida Guillén, gerente del IDHC; Pascale Coissard de la Comissió Catalana d'Ajuda al Refugiat; Gemma García, periodista de La Directa; y Aziz Faye, portavoz del Sindicat Popular de Venedors Ambulants, escucharon a la acusación popular y a cinco testimonios. 

El abogado Andrés Garcia Berrio fue el encargado de poner voz a la acusación popular. En su internvención, apuntó que como pruebas se han aportado más de 25 denuncias por maltratos, torturas o vejaciones, informes de voluntarios y abogados, además de la declaración a favor del cierre del CIE por parte del Ajuntament de Barcelona y del Parlament de Catalunya. Garcia Berrio también recordó que en este centro han muerto tres personas, dos en la cela de aislamiento y una tercera por no recibir la atención médica necesaria, y demostró que hay motivos de sobras para el cierre definitivo del centro. 

Como testimonios, participaron dos técnicas y tres personas que han estado en centros de internamiento para inmigrantes. Entre las violaciones cometidas, denunciaron la vulneración del derecho a la información, porque los internos muchas veces son privados de cualquier explicación referente a su detención y tampoco se les facilitan intérpretes que puedan dársela en su lengua; del derecho a la salud, por recibir un servicio médico insuficiente y tener que suspender sus tratamientos; y también el derecho a la información, por las dificultades que supone un horario reducido para el contacto con sus familiares. 

Después de todas las intervenciones, los miembros del jurado coincidieron en la culpabilidad del CIE y en la necesidad de su desaparición. Este tipo de centros vulneran múltiples derechos y, como afirmó Aida Guillén, "rompen dos principios fundamentales de los Derechos Humanos, como es el principio de dignidad y el de igualdad y no discriminación" y por tanto " si todas las personas somos iguales en dignidad, el CIE no puede existir".

Los asistentes también pudieron participar en el juicio. Cualquier persona podia escribir en un papel sus acusaciones, que se mostraron al jurado y se enviaron de manera simbóloca dentro del CIE en forma de avión de papel. El acto finalizó con actuaciones musicales y con la sensación general que el cierre del CIE de Barcelona cada vez está más cerca.