#8M2020: Celebramos y nos suman a la movilización del 8 de marzo
Desde el IDHC queremos manifestar nuestro apoyo a las luchas y reivindicaciones de los movimientos feministas para acabar de una vez por todas con las vulneraciones sistemáticas de derechos que sufren las mujeres en todos el ámbitos de la vida. Vulneraciones que se manifiestan, cada día, en varios grados y formas y que son en gran parte fruto de las estructuras de poder y de opresión propias de nuestras sociedades patriarcales y machistas.
Las reiteradas vulneraciones de derechos que sufren las mujeres en nuestras sociedades vienen marcadas, muchas veces, por varias estructuras sociales donde confluyen dos o más ejes de opresión en una misma persona: género, etnia, raza, clase, religión, sexualidad, edad, diversidad funcional, origen, idioma, más «barreras adicionales» (refugio, desplazamiento, migración) que acaban provocando una discriminación múltiple o agravada.
El movimiento feminista nos ha enseñado que la interseccionalidad, aplicada desde el paradigma de la justicia social, es una perspectiva de análisis útil para identificar las situaciones, la complejidad y la diversidad de causas que generan opresión y las resistencias ante la misma. El objetivo es proteger los derechos de las mujeres de acuerdo con las especificidades de cada persona o grupo y con el fin de conseguir que las diferencias no sean discriminatorias ni excluyentes. Así, tener conciencia de los factores inherentes a la interseccionalidad implica también ser consciente de las múltiples potencialidades de emancipación y transformación social.
Es necesario continuar luchando para transformar estas prácticas discriminatorias y las resistencias al cambio, no desde un enfoque assistencialista sino desde un enfoque de fortalezas donde las mujeres sean el centro y motor de las políticas públicas que muchas veces se han formulado sin su participación.
La fortaleza del movimiento feminista nos guía, en estos tiempos de desconcierto, de regresiones y de enormes concentraciones de poder, para reivindicar que los derechos de las mujeres no solo se han convertido en certezas esenciales, sino casi en consignas revolucionarias. Es por este motivo que cuando hablamos de derechos de las mujeres debemos hacerlo desde la fuerza y no desde la debilidad, desde la rebeldía y no desde la resignación, teniendo en cuenta que los derechos nunca se conquistan sin tener conciencia, y tampoco sin entender la necesidad de arrancarlos de las manos de quienes los niegan.
Celebramos y nos suman a la movilización del 8 de marzo destacando la fortaleza del movimiento feminista, imparable en el desarrollo de herramientas de resistencia, de protección y reivindicación y que nos empuja a ver los derechos humanos de todas y todos como conquistas sociales fruto de las movilizaciones ciudadanas.
CURSOS |
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43º Curso anual de derechos humanos
01/01/1970
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Mujeres y conflictos: violencia sexual y mecanismos de protección internacional
03/12/2014
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